UNAS PALABRAS DE PAZ
Desde 1964, todos los 30 de enero celebramos el día de La Paz. En esta fecha fue asesinado Mahatma Gandhi, líder espiritual y figura representativa del pacifismo a nivel mundial; Nelson Mandela, Martin Luther King, Teresa de Calcuta, Dalai Lama, el recién fallecido monje budista Thich Nhat Hanh y muchos más, representan figuras
activistas por la paz y la libertad. Su lucha parte del respeto, sin juzgar, sin discriminar.
El ser humano tiene la capacidad de comunicarse mediante el diálogo y poder poner fin a los conflictos a través de las palabras; eso es lo que nos diferencia del resto de los seres vivos. No gana el más fuerte o el más bruto si no el más razonable.
Actualmente vivimos momentos de alta tensión, una época histórica, y es ahora más que nunca, cuando debemos revindicar no a la violencia y no a la guerra, nadie gana, todos perdemos. No podemos fracasar en esto. Debemos reforzar y perseguir la paz entre todas las naciones y pueblos del mundo, y que valores como el respeto, el amor, la igualdad y la justicia triunfen.
Miguel de Unamuno, escritor y filósofo de la generación del 98 sentenció: “venceréis, pero no convenceréis” y así es, la fuerza bruta, el yo soy más fuerte no nos hará mejores.
No hay pretexto para desatar una nueva guerra. Unos pocos creen que ganan, pero muchos sabemos, que, en una guerra, todos perdemos.
En las clases de historia estudiamos causas y consecuencias de todas las guerras pasadas y hoy 28 de enero, queremos gritar al mundo que no queremos que nuestros hijos, nuestros nietos estudien en los futuros libros de historia causas y consecuencias de una posible invasión por parte de Rusia a Ucrania.
Escuchemos atentamente la canción escrita por León Gieco y cantada por Ana Belén y Antonio Flores, y reflexionemos. Como dice la letra “que lo injusto no me sea indiferente” que no nos acostumbremos a que la violencia forme parte de nuestra vida.
2º A: Andrea Arroyo, Noelia Caballero, Alejandro González, Arturo Lescano, Iker Mackiewiez, Lucía Martínez, David Rivero, Cristian Rosso y Leqi Zheng
